[NOTA
PREVIA: ARTÍCULO DE NATALIA PUGA
ORIGINALMENTE PUBLICADO EN “EL MUNDO” EL 18.32.2017. Foto: Nunca más (Enough, 2002),
de Michael Apted.] El Tribunal
Supremo ha tumbado una sentencia de la Audiencia Provincial de La Coruña que
condenaba vecino de La Baña (La Coruña), Pedro Raño Espasandín, por violar a
sus tres hijastras durante 12 años y ha decidido absolverlo y ordenar su puesta
en libertad inmediata.
El miércoles recuperó la libertad que había
perdido el 28 de noviembre de 2014 tras la denuncia presentada por su exmujer y
las hijas de esta. Había sido acusado en un primer momento por la violación de
sus tres hijastras, su mujer y su hija, pero la Audiencia Provincial le absolvió
por estos dos últimos delitos y le impuso 44 años de prisión por tres delitos
continuados contra la libertad sexual de los que las víctimas eran las
hijastras. Pedro Raño recurrió y el Supremo le dio la razón, dejándolo libre al
entender que no hay pruebas contra él.
Tras la sentencia absolutoria, se dictó un auto
en el que se decretaba «cesar la
situación de prisión provisional» que había acordado el Juzgado de
Instrucción Número 1 de Negreira el 28 de noviembre de 2014 tras su detención y
prorrogado por la Audiencia Provincial el 10 de octubre de 2016, después de su
condena en primera instancia y a la espera del recurso ante el Supremo.
Además de ordenar que abandone prisión –como
finalmente ha hecho ya–, el auto judicial deja sin efecto las penas de prohibición
de aproximarse y comunicarse con sus tres hijas durante 16 años y 10 meses tras
su puesta en libertad. Una vez que han tenido constancia de su puesta en
libertad, las hijastras y la mujer de Pedro Raño decidieron concentrarse a las
puertas de los Juzgados de Santiago de Compostela para manifestar su total
oposición a la sentencia absolutoria y exigir que se reabra el caso.
La sentencia del Supremo se basa en la ausencia
de pruebas concluyentes contra el acusado, argumento que ha despertado la ira de
sus presuntas víctimas. «¿Qué quieren
¿Que nos encuentren tiradas en una cuneta muertas ¿Es lo que quieren?»,
clamaron, muy críticas, porque se preguntan: «¿Querían un embarazo o que lo grabara con 7-9 años?».
La sentencia la ha dado a conocer el abogado de
Raño, Kostka Fernández, que recuerda que en este caso ha habido desde el
principio «ausencia de pruebas» y se
estaba cometiendo «una gran injusticia»,
dando credibilidad a las declaraciones de las chicas frente a una abrumadora
cantidad de pruebas que demostraban la inocencia de quien llevaba en prisión
dos años».
El letrado insiste en que la Audiencia
Provincial admitía en su sentencia condenatoria «la ausencia de pruebas concluyentes» y que estaban «ante una ponderación de credibilidades, en
la que la Sala, sin ignorar la buena opinión que de él tenían un buen número de
personas, opta por la versión dada por las tres hijas de la esposa del procesado».
En su opinión, en este caso se ha hecho un «uso
perverso» de la Ley de Violencia de Género.
La mujer que acusó de violación a su exmarido
ha pedido que «se revise el caso». «Va a venir a por nosotras y acabar lo que
empezó», advirtió. En declaraciones a Europa Press, la mujer, de nombre
Patricia, comentó que ella y sus hijas están «asustadas y escondidas» y únicamente saldrá al mediodía de este
viernes para acudir a los juzgados compostelanos de Fontiñas a pedir «justicia».
«Voy al
juzgado a pedir que se me escuche y que se revise el caso», avanzó la
mujer, que anunció que en caso contrario iniciará una «huelga de hambre» para reclamar «justicia». «Sabemos la
verdad. No vamos a mentir en algo tan grave», aseguró. «¿Tiene que morir una de nosotras?», se
preguntaba, al tiempo que admitió que está «decepcionada»
con la Justicia: «¿De qué sirve si al final
nadie nos está protegiendo?, ¿Cómo se puede permitir esto?». La mujer sigue
residiendo en Galicia, pero en otra casa, con sus hijas, porque carece de los «medios económicos».
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